1.3.13

Borrón y cuenta nueva en el Templo de Azrael

Leopardo de cromo y osamenta,
cascabeles de fuego bajo el párpado 
tributas al Estigia la orina y la espesura.

Reúnete en la carne ante nosotros
babeanos la noche 
y todas las tinieblas
y todas las álgebras del hambre.

Si rugen fieras leves allá afuera, 
será un fragor aural para tus pares.

Leopardo rojo anciano rey de las avispas
tu solo aguijón es ofensa hacia el sol,
un batir de alas como mantas colosales 
un salto de ojos ciegos y tormenta.

La Madonna muerta a tus pies
te ha provisto de lágrimas y sexo.

No ha sido descubierto todavía
tu nombre borrado de los muros.
Que toda la música se rinda,
todo aplomo, arte y alegría
se rindan.

Que sean tus fauces 
los fórceps de todo Cristo nuevo.

Que se postren los hombres y los dioses
ante grana majestuosa intensidad,
tus marfiles fríos 
en la herida ventral de lo sagrado.

1 comentario:

Karl Lazaro dijo...

Me gusta la parte de los caballos negros como subterfugio