Nunca fuiste brisa o viento suave.
A mí me alcanzaste,
más bien como un tifón
o como un rayo,
una fuerza de los mares tropicales
y con esas sutilezas de la urgencia,
no hubo chance
de preparar la estratagema.
O fueron las palabras un enjambre,
eso que dijimos
lo fue todo,
en esa rara alegría de la fiebre,
beso y saliva hasta la sangre
tuya y mía
empeñada en ver el sol.
A lo mejor, en el desborde de esos años,
chocamos, nos perdimos, renunciamos,
andaba por ahí
con la cabeza en otra parte,
con mis brújulas inútiles,
desencontrado entre los mapas y tu cuerpo.
Pero ahora que te tengo, es para siempre,
como Alicia en la otra orilla del espejo,
existe un tiempo aparte, desparejo
donde a veces nos miramos entre sueños,
y mi sosiego se junta con tus ansias,
y mis ansias se juntan con tus besos.
Nunca fuiste brisa o viento suave,
pero me llevaste lejos de la tierra.
Sos mi parte favorita en esta historia,
el lugar en donde empieza mi camino
y el lugar en donde el viaje se termina.
A Söel
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