2.11.09

Artrópodo


Tocaba con los tímpanos el dorso de escaleras
en las cuatro dimensiones de vidrio,
la lluvia era más verde que los xilofones de Pan
y dulcificaba la tierra y las estrellas gemían.

Nada de eso era importante entonces,
cuando las bastas naves cóncavas del asombro
albergaban tanta dicha y tanta savia y alimento.

A mi propio paso de hiedra silenciosa
veloz como resina las ninfas me besaban
a veces me quedaba quieto entre las flores
para ver crecer pequeños soles en pétalos y gemas.

Amaba lo cromático en acrílico y madera
desde donde cada Dios yo era
anomalía de mi mismo en acrílico y madera.

Nada de eso era importante entonces,
el suelo boca abajo colgando desde un puente
hamacas en el viento entonando mis canciones.






)O(

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