1.10.09

Fase 1: La desintegración del concepto-Borges


Bajo el tinglado de los barrios,
somos hienas de papel esparcidas en la mugre,
las estepas del espacio en blanco
entre tus líneas
nos distancian en el cosmos como nunca antes.

Vos nos intuías,
te cagabas en las patas al no poder nombrarnos.

¿Qué oro, de qué tigres?

Le ponías ese acento romo a todo,
como una pija flácida habitando en los despachos
de lo breve y elevado.

Nosotros, los manchones movedizos,
Nosotros, los paredones grises.

En las arrugas santas de tu frente
cavamos las trincheras.

Nosotros, la escritura sin contexto.
Nosotros, la pupila ensangrentada.

Veníamos del aire,
del oxígeno quemado
como las semillas de los pájaros del odio
de los ejércitos de Urano.

Nosotros, los nervios del oído.

¡NOSOTROS!
¡NOSOTROS!
¡NOSOTROS!

Los miembros del jurado.

Cuando te caíste del enjambre,
algunos de nosotros sonreímos,
hiciste el mismo ruido que una piedra en un estanque.

Nosotros,
te chupamos la médula del verbo
y la escupimos en el eco de tu nombre.

Nunca lo alcanzaste.

No tuviste nada entre las manos,
ni el orgasmo de la luz y las siluetas
ni siquiera el hambre y la desgracia,
te fue dada,
la conjunción del alma y la sospecha,
esa cosa de carne malgastada.

Por nosotros.

1 comentario:

Unknown dijo...

Dios... Fantástico y doloroso.