Anestesiados por la bomba
los perros se ahogan en las bocas de tormenta.
Las ciudades doradas en la cima,
Y canciones tristes de esperanza
de angelitos apaleados en la cuna.
Se quema Dios a veces?
se quema el nombre rojo cobre
y quiebra
el vientre de sirenas?
Por sola respuesta;
afila Dios ese cuchilo en el hueso lento que yo soy.
Se llena de silencio
el cuenco de la nada.
Anestesiado por la bomba,
retiro mi párpado,
descubro un ojo enorme
ciego y bestial como la luna.
Ahí va mi cuerpo acribillado en la frontera
lo escucho silbar como una piedra.
Ahí va mi cuerpo y los hombres que le temen
sonríen y lo escupen.
Ya tallé la marca en la blanca rajadura
de la arena.
Ya borré las huellas.
Dejé la sangre limpia entre la espuma,
un ovillo sobre cal,
los pelos y el pellejo.
Ya borré las huellas,
no he llorado todavía.
Lo que fué,
lo que haya sido,
no descansa aquí.
De tu saliva fría,
parte un barco hacia la noche.
Cuando al fin te marches,
y olvides todo,
devuélveme despacio.
)O(

los perros se ahogan en las bocas de tormenta.
Las ciudades doradas en la cima,
las grandes ciudades negras por el fuego.
Y canciones tristes de esperanza
de angelitos apaleados en la cuna.
Se quema Dios a veces?
se quema el nombre rojo cobre
y quiebra
el vientre de sirenas?
Por sola respuesta;
afila Dios ese cuchilo en el hueso lento que yo soy.
Se llena de silencio
el cuenco de la nada.
Anestesiado por la bomba,
retiro mi párpado,
descubro un ojo enorme
ciego y bestial como la luna.
Ahí va mi cuerpo acribillado en la frontera
lo escucho silbar como una piedra.
Ahí va mi cuerpo y los hombres que le temen
sonríen y lo escupen.
Ya tallé la marca en la blanca rajadura
de la arena.
Ya borré las huellas.
Dejé la sangre limpia entre la espuma,
un ovillo sobre cal,
los pelos y el pellejo.
Ya borré las huellas,
no he llorado todavía.
Lo que fué,
lo que haya sido,
no descansa aquí.
De tu saliva fría,
parte un barco hacia la noche.
Cuando al fin te marches,
y olvides todo,
devuélveme despacio.
)O(

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