Sombra golpeadora sin boca sin hocico
bandeja de oro en la llovizna, regálanos tus mapas
y te caminaremos con los pies despellejados.
Un rezo a Tot para que no vuelvas o seas inmundicia
costra abajo de los puentes,
las piedras masticadas desde el aire
se burlarán de ti.
Querido nuestro, el mundo ya caía sin aviso
con sus horrores a cuestas.
Levántate!
Hoy también todo es humedad,
todo es puño, castigo, carcajada.
Mancha en la pared de todas las letrinas,
tu soñabas París como un ojo tuerto apuntando al cielo.
No te nombro;
Proa del inexorable descender con salpicaduras de mierda en un vestido de seda.
Para ti fumar. Meter el dedo en la llaga sacrosanta,
en las conchas de las putas enfermas,
y en el lejano devenir de una cortina de dientes,
de poemas sucios que hablaban de ti.
Espejo de fumar para gritarte un lenguaje de viejos
A ti, que ya nada.
Alma, cosa de mentira, títere mojado.
A ti, eterno soldado del cansancio sin sol.
Maraña de jugar como un gato en los mares del opio.
Sexo roto por exceso de caricias.
Llanto fiel.
Cansancio.
A ti.
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