28.9.10

Luger


No importa cuantos,

lo perdido perdido,

nada de eso

me impedirá dormir.



Las nubes

delgadas como amebas

todavía se revuelcan en el cielo.



Más tarde en los restos de una iglesia,

San Mateo observa triste,

la nave derrumbada.



Hay claro de luna,

le doy entre los ojos.

me masturbo con rabia inusitada.



Salpicaduras y recuerdos.

No querer ver.

De eso se compone el mundo.



Las tripas de alguien

se pudren finalmente

Esa noche.

Algunos rien,

otros hacen muecas,

otros simplemente

Duermen.



Mis botas son pesadas

como barcos,

moriré en el barro,

como un barco.


No importa cuantos.

Dientes y dedos.

Las miradas del asco

nos hieren vanamente.



Nada de eso me impedirá dormir.

El tiempo y la sordera,

son la misma cosa.



Mañana

con frío sentimiento

marcharemos hacia el Este.









1 comentario:

MaNaPoLa dijo...

EXCELENTE