No importa cuantos,
lo perdido perdido,
nada de eso
me impedirá dormir.
Las nubes
delgadas como amebas
todavía se revuelcan en el cielo.
Más tarde en los restos de una iglesia,
San Mateo observa triste,
la nave derrumbada.
Hay claro de luna,
le doy entre los ojos.
me masturbo con rabia inusitada.
Salpicaduras y recuerdos.
No querer ver.
De eso se compone el mundo.
Las tripas de alguien
se pudren finalmente
Esa noche.
Algunos rien,
otros hacen muecas,
otros simplemente
Duermen.
Mis botas son pesadas
como barcos,
moriré en el barro,
como un barco.
No importa cuantos.
Dientes y dedos.
Las miradas del asco
nos hieren vanamente.
Nada de eso me impedirá dormir.
El tiempo y la sordera,
son la misma cosa.
Mañana
con frío sentimiento
marcharemos hacia el Este.
1 comentario:
EXCELENTE
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